Según sea nuestra instalación social, nos preocuparán unas cosas u otras.... A todo el mundo le preocupan una serie de aspectos sobre la sociedad en la que se encuentra insertado.
¿Somos de izquierdas, de derechas, de centro? - Normalmente, cada uno de nosotros nos identificamos como adscritos a alguna de estas categorías aunque con matizaciones posiblemente legítimas. Esos son los ámbitos de juego de las diferentes ideologías y posturas en las que nos movemos. Ámbitos de juego espontáneo, aunque no siempre legítimo, en el desarrollo social de las relaciones políticas de una sociedad. Sin embargo, instalados en el "adanismo" actual, lo que hoy nos parecen unos espacios elementales de la expresión política y de las relaciones sociales no siempre han existido.- Por otro lado, al margen de estos posicionamientos políticos, el tener ideas propias o dejarse influir por las de otros; el estar instalados en el sentido común, en el sinsentido, o bien en el oportunismo egoísta, todo ello pertenece al ámbito de las actitudes personales y condicionamientos sociales y no a posicionamientos políticos.
Basta con tomar un poco de distancia histórica para fácilmente observar que los posicionamientos políticos, concrétamente el de la simplificación de pertenecer a la derecha o la izquierda política, surgieron en la Revolución Francesa poco más de doscientos años atrás. Una nadería en el discurrir de los dos mil quinientos años años de Historia de nuestra Sociedad Occidental. Durante dos mil trescientos años de nuestra Historia no existieron las derechas ni las izquierdas como tales posicionamientos políticos. La preocupación y posicionamiento social de fondo era otro.
Desde tiempos ignotos de la civilización humana hasta que en Occidente apareció la Ilustración, desde que el hombre comenzó a pensar, la preocupación más grave de fondo, el asunto más serio, era la búsqueda de la Verdad. Expuesto en términos menos grandilocuentes, la preocupación humana era la del conocimiento de la realidad del mundo. - La de explicarse esta realidad mundana a través de mitologías, religiones, filosofías, ciencias teológicas, experiencias pseudo-científicas o propiamente científicas, etc. La de una búsqueda de una realidad que reflejase la verdad de las cosas. Verdad y realidad, que siempre se habían considerado dos planos de una misma cosa, parece que, en un momento dado, dejaron de tener necesidad de coincidir y la Verdad dejó de interesar, de ser la preocupación principal del conocimiento, abdicando como exigencia de toda realidad, para dar paso a las ideologías.
Cuando el pensamiento, en la Ilustración, dejó de ser riguroso al marginar la exigencia de verdad y realidad, y se encamó con la política de la Revolución francesa, muchas ideas dejaron de ser un producto al servicio de los hombres para esclavizarlos con el fanatismo "ideológico" y el quebranto de la verdad. No se utilizó el pensamiento para buscar la verdad, sino para convertir esas reflexiones en un fin en sí mismo.- Se abandonaron las creencias metafísicas y religiosas para hacer de las ideologías religiones de sustitución. El "becerro de oro" de la Modernidad. El Siglo de las Luces no solo nos trajo una saludable ansia de conocimiento, sino también un infausto "quiebro histórico de la preocupación por conocer la realidad verdadera" y muchas otras sombras.
El fanatismo en el que hoy nos encontramos instalados, emponzoña a nuestros degradados políticos y a una parte significativamente amplia de nuestra sociedad, adoradores del "becerro de oro" de sus respectivas ideologías, incapaces de atenerlas y sujetarlas a principios y creencias morales. Unas ideologías degradadas, ayunas y empobrecidas de una verdad y una realidad que en el fondo ya no preocupan. - Es más, parece que nuestra plebe política, por falta de ideas, pretende abandonar a la "diosa razón" para salvaguardar sus periclitadas ideologías con "ideocurrencias" del sinsentido más disparatado.
Esa parece ser la trayectoria de nuestra Sociedad Occidental: desde los dioses mitológicos al Dios de la Biblia para, después de abandonarlo, recurrir a mirarse al propio ombligo ayudados por las ideologías de la "diosa razón" y, finalmente, llegar a las insensateces de las actuales "ideocurrencias" inspiradas por la congénita maldad de sus autores.
A las ideologías, a sus "ideocurrentes", ya no les interesa interpretar o entender la realidad del mundo en que vivimos - buscar la verdad -, sino justificar los medios que utilizan para conseguir sus intereses y objetivos particulares a través de falacias a las que, con cursilería analfabeta, llaman relatos.- Hoy día, en los comienzos del siglo XXI, no se hace filosofía sino ideología barata, más bien "ideocurrencia". No se busca ni interesa la verdad sino la "posverdad", una mentira que disfrazada con emociones atractivas para el "tonto útil", justifique el protervo interés de cada cual.
Hoy, más que nunca, entre las "fake news", las falsedades, las hipocresías y las mentiras a las que nos someten, tenemos que actuar con determinación sobre el propio entorno para recuperar nuestra preocupación por la realidad de las cosas. Una realidad que necesariamente implica y exige recuperar la Verdad para evitar que manipulen nuestras ideas y comportamientos. Pero........ ¿CÓMO?
Para no quedarnos en el "no podemos hacer nada", me permito sugerir el rechazo a todo aquello que colabore con la mentira, las medias verdades, las falacias y las posturas poco claras y ambiguas. Hay que ir a la raíz: Aunque pueda suponer un esfuerzo, debemos y podemos intervenir en la vida pública de nuestro entorno en diferentes ámbitos: RADIO y TV: desconectándonos de programas e informativos que emitan medios de radio o televisión sectarios e intervenidos. CONSUMO: evitando comprar productos cuyas empresas colaboren con la manipulación social. EDUCACIÓN: Proclamando públicamente un sistema educativo libre de interferencias políticas e ideológicas. POLÍTICA: Ejerciendo libremente nuestro voto por aquellas candidaturas que, por encima de promesas y programas, si no estamos o somos presa y víctimas de una afiliación a un partido político, antes que nada, se hayan comportado con mayor honestidad y verdad sincera. OPINIÓN: No callando ni dejando de dar nunca nuestras opiniones de forma respetuosa, seria y desacomplejada.