En la Parte I y Parte II sobre este tema, abordaba mi preocupación por combatir el relativismo moral conociendo, en primer lugar, los valores que decimos defender. Una segunda perspectiva de esa lucha contra el relativismo moral surge de la necesidad de conocer aquello contra lo que luchamos. ¿En qué consiste el relativismo moral? ¿Cuál es el contenido y la esencia de la actitud relativista? ¿Cuáles son sus consecuencias prácticas?
Para no limitarnos a teorizar sobre el concepto de relativismo, debemos contextualizarlo en el comportamiento concreto de aquellos que lo ejercen. Debemos hablar de personajes, corresponde hablar de “relativistas que ejercen el relativismo”. El relativismo no existiría si no hubiera relativistas. Pasemos a conocer las características principales de todo relativista:
La idea fundamental consiste en que en el fondo de todo relativista, solo late su propio y enfermizo egoísmo por encima de todo lo demás. El relativista se mueve exclusivamente por sus intereses para los que “todo vale”. Es el egoísta llevado a su extremo radical.
En ese rechazo a toda referencia que no sea la de su propio y enfermizo egoísmo, el relativista llega a rechazar cualquier realidad, por obvia y evidente que sea ……. Por eso, su rechazo a la posibilidad de toda verdad y su disposición a la mentira, mentiras que él no acepta como tales, subvirtiendo la misma realidad por medio de una “neolengua” que sustituye el bien por el "buenismo".
En ese rechazo a toda referencia que no sea la de su propio y enfermizo egoísmo, al relativista no le preocupa respetar la primera realidad que representa la vida. Naturalmente, siempre que se trate de la vida ajena.……. Por eso, no tiene inconveniente en despreciar la paternidad, a la que se refiere como reproducción, y promover el aborto y la eutanasia a los que se refiere como “derechos sobre la propia vida” y “muerte digna”, como si las muertes que no son por eutanasia no pudieran ser mucho más dignas.
En ese rechazo a toda referencia que no sea la de su propio y enfermizo egoísmo, el relativista no reconoce los derechos inalienables, y por tanto irrenunciables, del Derecho Natural. No puede aceptar la Justicia con mayúscula, aquella que ponga en riesgo sus personales intereses……. Por eso, le disgusta una Justicia independiente que él no controle políticamente……. Por eso, proclama la “justicia interpretativa” que se acomode y adapte a las circunstancias que puedan favorecer sus intereses.
En ese rechazo a toda referencia que no sea la de su propio y enfermizo egoísmo, el relativista no acepta la Libertad verdadera que es la que viene gobernada por “la voluntad de querer hacer lo que se debe hacer”, la entendida como “libertad responsable”, aquella que puede poner en riesgo sus intereses personales……. Por eso, el relativista proclama la artificial libertad de los “nuevos derechos”, el hacer lo que le viene en gana, lo que favorece a sus propios intereses económicos o electorales.
En ese rechazo a toda referencia que no sea la de su propio y enfermizo egoísmo, el relativista busca convertir a los ciudadanos en súbditos cautivos, destruyendo la identidad personal de todo aquel que no se identifica con él mismo.……. Por eso, no tiene inconveniente en rechazar la objeción de conciencia, removiendo y diluyendo toda identidad personal para construir, a través de lo que llama “ideología de género” e “igualitarismo”, un individuo infra-humano de laboratorio, un individuo que es extraño a la naturaleza humana. Un individuo sin padres.
En ese rechazo a toda referencia que no sea la de su propio y enfermizo egoísmo, el relativista busca destruir toda oposición a sus propios intereses.……. Por eso, promueve políticas que destruyan instituciones como la familia, la religión, la educación, y toda formación moral que no le fiscalice.
En ese rechazo a toda referencia que no sea la de su propio y enfermizo egoísmo, el relativista busca asegurar sus intereses por el medio que sea……. Por eso, busca prohibir, controlar todo e interviniendo la economía……. Por eso ¿qué mejor que un Estado totalitario en el que “todo vale”, apoyado por una “religión laicista” que decide "lo que es verdad”, o "lo que no es verdad”?
Si logramos evadirnos de la amable embriaguez buenista que puede producir el relativismo para presentarse de forma atractiva; si esquivamos los eufemismos, la “neolengua” relativista, que disfraza el mal de bien; si eludimos la corrección política, entonces podremos observar y conocer cómo funciona ese sistema que ha estado siempre presente en la Historia de la humanidad aunque, según la época, se ha disfrazado de una u otra forma o utopía. El relativismo es ese sistema de comportamiento que no se mueve en el error humano, sino en la maldad. El relativismo es la hidra de siete cabezas que siempre resurge en cualquier lugar y que, según la conveniencia de la época, se disfraza de responsable ideología política o económica, de utopía social o preocupación intelectual, de derechos o de libertades, procurando presentarse invariablemente de forma atractiva. Lo que en términos morales Juan Pablo II calificó como “estructuras de pecado”….. ¿Si el mal se ofreciera con aspecto repugnante produciría rechazo?
Al margen de quien encarna el proyecto relativista desde la Presidencia del Gobierno de España, el libro de Ignacio Arsuaga, el “Proyecto Zapatero”, realiza un extraordinario esfuerzo de síntesis del amorfo contenido estructural que esconde el relativismo y su depravado núcleo de intereses. Análisis interesante por cuanto nos da a conocer cómo funciona este sistema y nos muestra algunos hechos contrastados de su disoluto contenido. Un excelente prontuario de lo que el relativismo moral nos ofrece y que nos aproxima, cómo muestra de laboratorio, al depravado panorama de cómo ha venido funcionado en los laboratorios socialistas del gobierno tripartito de la Generalitat Catalana durante estos años pasados, con el adoctrinamiento del Ayuntamiento de Elche, o con las campañas de la Junta de Extremadura, entre otras muchas.
La primera parte de este artículo reclamaba que, bajo el disfraz de contienda política, bajo formas políticamente correctas y presuntamente atractivas, el “relativismo moral”, la falta de todo principio moral es el tumor maligno más agresivo que amenaza a nuestra sociedad. Un tumor que desestructura socialmente al propio individuo, a los miembros de cualquier partido político, a las mismas instituciones o porciones del cuerpo social, un carcinoma que destruye el tejido sano de la sociedad.
En el escenario concreto de nuestro país, en España, ¿debemos seguir calificando como simples adversarios políticos a todos aquellos que, como representantes del relativismo, a derecha o izquierda de la contienda política, utilizan la mentira abierta o bajo disfraz, restringen libertades, prostituyen la Justicia, pretenden destruir la institución familiar, proscriben la libertad religiosa, destruyen la nación que a todos nos une, promueven políticas degradantes de la conducta humana y de su identidad como personas y llaman progreso al regreso de haber alcanzado casi cinco millones de parados?....... Todo ello con obscenidad, de manera impúdica, y que aparece con total evidencia ante cualquier observador de mente sana y libre de prejuicios.
Rodríguez Zapatero, en su prólogo al libro de Jordi Sevilla “De nuevo Socialismo” -Editorial Crítica, Barcelona 2002-, con conocimiento de causa y sin necesidad de acudir a otras fuentes más que la suya propia, expone las elocuentes entrañas de su enfermizo pensamiento relativista. Dice así: ………"Ideología significa idea lógica y en política no hay ideas lógicas, hay ideas sujetas a debate que se aceptan en un proceso deliberativo, pero nunca por la evidencia de una deducción lógica (...) Si en política no sirve la lógica, es decir, si en el dominio de la organización de la convivencia no resultan válidos ni el método inductivo ni el método deductivo, sino tan sólo la discusión sobre diferentes opciones sin hilo conductor alguno que oriente las premisas y los objetivos, entonces todo es posible y aceptable, dado que carecemos de principios, de valores y de argumentos racionales que nos guíen en la resolución de los problemas"………¡Verde y con asas! ¡Cuánta barbaridad en tan pocas líneas!….. relativismo en toda sazón, totalitarismo “orwelliano” en estado puro.
Julián Marías decía que debíamos hablar más de malos y menos de maldad. Sin embargo, sin dejar a un lado el rechazo de aquellos personajes de pensamiento y comportamiento vicioso, no debemos obcecarnos de forma que olvidemos que, detrás de las conductas personales, existe un programa totalitario-relativista que puede prevalecerles en el tiempo. Los personajes tienen fecha de caducidad, pero las intenciones, las siete cabezas de la hidra totalitario-relativista suelen durar bastante más si no se las extirpa de raíz, y aún así……. – Entonces, ¿qué hacer? ¿cuál es la quimioterapia adecuada para evitar la metástasis de este tipo de tumor totalitario-relativista? ….de momento, este fin de semana, no dejar de asistir a la manifestación contra el socio del relativismo-totalitario, el terrorismo. Pero analizaremos otros aspectos en una próxima entrada.
Adenda 15.04.2011 - Para consulta, y por su interés, me permito detallar los enlaces al mencionado libro de I. Arsuaga, el "Proyecto Zapatero", en sus diferentes formatos:
A) PDF
C) Audio Libro
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1 comentario:
exelente reflexión!!! me ayudo a aclarar mis dudas respecto al tema.
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