sábado, 27 de junio de 2020

Drogodependencia intelectual




Las drogas, compuestos químicos naturales o de diseño, son sustancias psicotrópicas que actúan sobre el sistema nervioso central y producen cambios temporales en la percepción, ánimo, estado de conciencia y comportamiento humano. Reacios a la evidencia inmediata, parece que no somos conscientes de que, de igual forma, las ideologías y afiliaciones políticas son esquemas igualmente psicotrópicos que, a modo de compuestos elaborados con derivados de ideas, diseñan tópicos y consignas ideológicas, intelectualmente tóxicos. En este caso, las ideologías y afiliaciones políticas actúan sobre el sistema intelectual humano trayendo, asimismo, cambios temporales o crónicos en la percepción, ánimo, estado de conciencia y comportamientos sociales de las personas. Cambios y comportamientos que rechazan la propia naturaleza de la realidad. 

Si las ideologías políticas funcionan como sustancias genéricas psicotrópicas con efectos adictivos, muchas corrientes políticas realizan la función de laboratorios de diseño social que comercializan sus respectivas consignas, tópicos y lenguajes psicotrópicos. Así, hoy día, estos grupos toman la forma de partidos políticos para crear sus propias marcas sustituyendo principios por subproductos ideológicos adictivos que generan una adhesión drogodependiente que anula el raciocinio intelectual y el sentido común. 

Los comportamientos sociales de las ideologías políticas, así como el de sus correspondientes partidos, se encuentran muy alejados de los principios de comportamiento racional que deben regir el quehacer científico que siempre ha investigado y buscado la realidad natural de las cosas, tanto física como social. Son comportamientos sociales ideológicamente irracionales, artificiales y drogodependientes que, en muchos casos, rayan en la perversidad de proyectos e intereses egoístas. 

Así como las personas que se encuentran bajo los efectos de una droga no son capaces de distinguir entre la realidad natural y la virtual, las personas ideologizadas, con sus posturas de dependencia política, muchos de nuestros políticos y conciudadanos, no son capaces de revisar sus ideas y afiliaciones, confundiendo también la evidencia de las realidades políticas con las virtuales, confundiendo las verdades con las mentiras y confundiendo el bien con el mal. - Desgraciadamente, es el caso de gran parte de nuestra sociedad próxima y cercana. En mayor o menor grado, todos estamos necesitados de una cura de desintoxicación y rehabilitación mental e intelectual que empiece por desprendernos de la palabrería de las "desescaladas", los "distanciamientos sociales" y las "nuevas realidades". Palabrería que condiciona e intoxica nuestras relaciones sociales, nuestra conducta personal y nuestro desarrollo  intelectual. Que cada cual actúe en consecuencia.