domingo, 26 de julio de 2009

UN PRESIDENTE DISCUTIDO Y DISCUTIBLE

Con el mismo argumentario de entrada con el que el Sr. Rodríguez Zapatero exponía que la nación española es un concepto discutido y discutible, me permito considerar que su condición de presidente es también un concepto discutido y mucho más que discutible. Aunque frecuentemente nos olvidamos de que estos "oportunistas del relativismo" circulan sin necesidad de lógica argumental, y entramos al trapo de sus “argumentos de quita y pon”, voy a aportar alguna razón más a mi consideración, que la simplona sonrisa que el Sr. Rodríguez se permitió concedernos, con ocasión de esas declaraciones, a los españoles.

El cargo de Presidente de España, lo es en función de lograr el bien común de los españoles - de la mayoría, sea cual sea el color político -. La presidencia del Gobierno de España no es un cargo del partido por el que el Sr. Rodríguez se presentó a candidato, ni mucho menos un cargo de la Esquerra Republicana de Cataluña, para la que parece trabajar. Insisto, el cargo de Presidente del Gobierno de España es un cargo cuyo deber es lograr el bien común de los españoles - de la mayoría, sea cual sea el color político -, no de una comunidad en particular, ni de un grupo político o social concreto. Creo, que esto es meridianamente claro para una mayoría de personas sensatas y honestas. Para el resto, para los insensatos y los sinvergüenzas, que no estoy seguro de si son también mayoría, puede ser de otra manera. Pero, en estos momentos, me siento en compañía de los sensatos y honestos de cualquier color político.

Pues bien, si lo del logro del bien común de los españoles es un deber del Presidente de España, no cabe la menor duda que el Sr. Rodríguez, de entrada, no cumple ese cometido con más de cuatro millones de parados. Más que probablemente, tampoco lo cumple con muchos de la mitad de la población que le dio la mayoría. Desde luego, en ninguna forma lo hace con la otra mitad que no le votó. El Sr. Rodríguez solo hace felices a los de su entorno y a unas minorías radicales y nacionalistas que le apoyan por motivos de oportunismo político, económico y de beneficio personal. Quizá también, aunque lo dudo, a aquellos que le conceden la mayoría electoral por ser incapaces de sentirse objetivamente preocupados por el bien de España, antes que dejar de votar a unas siglas que se les pegan a los dedos.

Una de las acepciones de la RAE sobre el verbo “reconocer” dice: Conceder a alguien, con la conveniente solemnidad, la cualidad y relación de parentesco que tiene con el que ejecuta este reconocimiento, y los derechos que son consiguientes. - Pues bien, el Sr. Rodríguez cumple los términos de haber estado sometido solemnemente a la asunción de su cargo, avalado por unas elecciones. Sin embargo, es evidentemente obvio que la concesión que le conferimos para desempeñar una relación de parentesco político, como españoles - no como votantes de este u otro partido -, y representar nuestros intereses, no es en absoluto obvia. Tal parentesco no existe, nos estafó, nos engañó. Yo soy español, y el Sr. Rodríguez no muestra tales indicios, más bien presenta síntomas de radicalismo y socialismo nacionalista, o nacionalsocialismo, él sabrá...... yo, particularmente, creo que no tiene otra filosofía política que la que un inmoral "relativismo oportunista" le ofrece para alcanzar sus intereses personales.

Personalmente, no siento ninguno de mis intereses representados por el Sr. Zapatero. Simple y llanamente, no me siento representado, en forma alguna, por este señor. Vamos, que no es mi presidente, que no representa ninguno de mis intereses, ni políticos, ni sociales, ni económicos, ni morales, ni de ningún tipo. Podrá el Sr. Rodríguez ser el presidente legal, pero no lo reconozco como mi presidente legítimo. Es más, tengo la certeza moral – ni el Sr. Rodríguez ni los suyos pueden entender lo que esto significa – de que mi postura puede ser mayoritaria entre la mayoría sensata y humanamente honesta. – Estoy casi seguro de que si lanzamos una piedra en un parking oficial, a voleo, sin ánimo de hacer daño, le daremos a algún radical, oportunista, o insensato, que gana un suculento salario que le pago yo, pero no le pegaremos a nadie que considere importante lo de ser español. Van a lo que van; Sin embargo, si lanzamos una piedra en el parking de un gran supermercado, es fácil que alcancemos a algún español que está en el paro, o que se levanta temprano para ganar mil euros, escasos, para intentar llegar a fin de mes. ¿Qué es lo que representan, hoy día, los del coche oficial, con respecto a los parados y mileuristas que no llegan a fin de mes?

Al Sr. Rodríguez le está pasando lo mismo que a Zelaya en Honduras. Puede que sea el presidente legal, pero está dejando de ser el presidente legítimo. El Sr. Rodríguez no logra aunar la concordia y el bien común que los españoles necesitamos, ese que es su cometido principal. Lo de lograrlo, solo lo dice él, que no lo pretende y, además, siempre miente. - Su talante es tan provocador y frentista como el de Zelaya; Rodríguez es, cada día más, como Zelaya. La diferencia está en el sombrero, el bigote, y que no le han dado un empujón y lo han tirado del país. Lo del sombrero y el bigote es fácil y se puede arreglar, lo del empujón esperemos que no llegue a ser necesario. Ciertamente, no será por falta de ganas de muchos de esos a los que se supone debía representar asegurándoles parte de ese bien común – concordia, justicia, libertad, trabajo, verdadera educación, y seguridad - que es para lo que se le eligió y se le paga. No para repartir sonrisas y paro, mintiendo constantemente, mientras hunde al país envenenándolo con discordias y más paro.

Con más argumentos de los que dio el Sr. Rodríguez cuando consideró que la nación española era un concepto discutido y discutible, argumentos que suelen ser de “quita y pon”, me permito plantear que su condición de presidente legítimo es, sin duda alguna, otro concepto discutido y, en el caso del Sr. Rodríguez....., mucho más que discutible.

1 comentario:

José Carlos Muñoz dijo...

Enhorabuena por tu blog, estimado amigo.
En cuanto al contenido de esta entrada, lo suscribo plenamente.