Visto con la distancia y la perspectiva del tiempo, no hace falta ser un “facha”, no se trata de diferentes posturas políticas, solo hace falta estar libre de prejuicios, y tener un mínimo de objetividad desapasionada e integridad intelectual, para percatarse de cómo ha degenerado este socialismo, o lo que sea, que ya ni es obrero ni español, pero que se comporta con modos abiertamente pro-nacionalistas y pro-islamistas, cuando no abiertamente totalitaristas y felones, para con España.
Visto con cercanía y con hechos, hace escasos días que toda la prensa se hacía eco del conflicto con Marruecos en Melilla, y salta "el desatinos" de Moratinos a decir que la misma no ha supuesto "un conflicto, ni un eventual conflicto, ni una crisis bilateral". - Sin embargo, en las mismas declaraciones tiene la desfachatez de decir, a pesar de su anterior declaración, que "precisamente dado el excelente estado de las relaciones con Marruecos se han podido resolver los incidentes en la frontera". Naturalmente, según este artista de la diplomacia, los incidentes ni han sido conflicto, ni eventual conflicto, ni crisis; aunque ahora parece que hasta nuestras instituciones y representantes van a tener que visitar sumisamente a Rabat para “limar asperezas”, asperezas que provocó Marruecos pero que nunca parece que existieron. Marruecos las provoca, pero son nuestros gobernantes los que tienen que desplazarse a casa del Sultán ofendido……. ¿Han perdido toda dignidad, o se trata de la continuación de “la tradicional amistad del pueblo español con el mundo árabe” reclamada por el General Franco?……. Estos representantes de nuestro país son unos impresentables. Esta política exterior del Gobierno es un desastre entreguista e indigno que hace de España un protectorado europeo en lo económico, y marroquí en lo político.
Visto con la distancia y perspectiva del tiempo, lo que ya va siendo tradicional es el entreguismo y la traición del des-Gobierno de Zapatero en todos los frentes de su política:
Ya en diciembre de 2001, en la segunda legislatura de Aznar, poco después de la retirada del embajador marroquí en octubre de 2001, y poco antes de la toma de la Isla de Perejil en julio de 2002, en plena escalada de la tensión diplomática con Marruecos, el hoy presidente de España y entonces líder de la oposición, sin encomendarse a nadie, ni consultar al Gobierno de aquel momento para nada, tuvo a bien trasladarse a Rabat para que Mohamed VI, con un mapa de Marruecos incluyendo las Islas Canarias, Ceuta y Melilla, y a la vista de los hechos que después hemos podido ir constatando, aceptara el indigno encargo de futuro embajador de Marruecos, incluidas “montañas lejanas y desiertos remotos”, en la Moncloa.
Posteriormente, recién ocurridos los actos terroristas del 11-M de 2004 en Madrid, atentados que volcaron la opinión pública a la elección de Rodríguez Zapatero en las Elecciones Generales cuatro días después, no se puede pasar por alto la reconocida traición del presidente electo a sus aliados en Iraq, con la retirada de las tropas españolas en abril de ese mismo año. Una retirada de fuerzas militares de un país en la frontera política del islamismo que, vista a la distancia de hoy día, más bien parece una entrega, al modo del rescate del "Alakrana", frente a un islamismo al que se achacaba como culpable del 11-M.
Sin una clara autoría sobre el 11-M, que así nos conste, ese mismo año del atentado tuvieron lugar los contactos y negociaciones secretas del des-Gobierno de ZP con ETA, negociaciones que el equívoco presidente implícitamente confirmó al prometer no volver a negociar con los terroristas tras el atentado de la T4 de Barajas en diciembre de 2004. Promesa que fue incumplida - ¿cómo podía ser de otra manera? -desde el primer día que la llevó a cabo. Contactos que flagrantemente trasgredieron el «Pacto de las Libertades y contra el Terrorismo» (el conocido como “Pacto Antiterrorista”) propuesto por el P$OE, y firmado con el PP, en diciembre del año 2000 y que formalmente sigue vigente.
Y si no es para encamarse cual “faisán” con el terrorismo local, o entregarse al internacional, es para arrodillarse ante el nacionalismo, traicionando a su propio partido socialista en el País Vasco, o para engañar a todo el mundo, patrocinando desde la misma Presidencia del des-Gobierno la defensa de la inconstitucionalidad del Estatuto de Cataluña ¿o no es así?
Esos comportamientos entreguistas, en mi pueblo, siempre se han calificado, en los casos leves, de deslealtades y, en los graves, de traiciones. Tradicionalmente, al que así se conduce, por analogía, siempre se le ha tratado de desleal o de traidor.- Quizá José María Aznar no estuvo tan desacertado cuando se refirió a las “montañas lejanas y los desiertos remotos”. Quizá hubiera que matizarle que esas montañas y desiertos no estuvieran tan lejanos ni tan remotos como el propio Aznar, y muchos españoles, pudimos creer.
Todo ello, por no hablar de las traiciones a los propios compañeros socialistas…. Toda una historia de entreguismos, deslealtades y traiciones. Todo un modo de ser y de obrar. - ¿Para qué seguir con esta aristócracia de la mentira, del engaño y de la traición? ¿Es este el personaje, y el des-Gobierno, que merece España?
Efectivamente, no hace falta ser un “facha”, no se trata de diferentes posturas políticas, solo hace falta estar libre de prejuicios, y tener un mínimo de decoro personal y objetividad desapasionada, para percatarse de que el que debía haber sido un adversario hasta ser elegido Presidente, haya sido capaz de comportarse, ya desde su cargo electo, con la cobardía de un enemigo que se plantea el ¿Por qué hacer el esfuerzo de gobernar lealmente pudiendo ser un traidor? .... quizá sea porque la traición misma se nos haya colado en la Moncloa.
Visto con cercanía y con hechos, hace escasos días que toda la prensa se hacía eco del conflicto con Marruecos en Melilla, y salta "el desatinos" de Moratinos a decir que la misma no ha supuesto "un conflicto, ni un eventual conflicto, ni una crisis bilateral". - Sin embargo, en las mismas declaraciones tiene la desfachatez de decir, a pesar de su anterior declaración, que "precisamente dado el excelente estado de las relaciones con Marruecos se han podido resolver los incidentes en la frontera". Naturalmente, según este artista de la diplomacia, los incidentes ni han sido conflicto, ni eventual conflicto, ni crisis; aunque ahora parece que hasta nuestras instituciones y representantes van a tener que visitar sumisamente a Rabat para “limar asperezas”, asperezas que provocó Marruecos pero que nunca parece que existieron. Marruecos las provoca, pero son nuestros gobernantes los que tienen que desplazarse a casa del Sultán ofendido……. ¿Han perdido toda dignidad, o se trata de la continuación de “la tradicional amistad del pueblo español con el mundo árabe” reclamada por el General Franco?……. Estos representantes de nuestro país son unos impresentables. Esta política exterior del Gobierno es un desastre entreguista e indigno que hace de España un protectorado europeo en lo económico, y marroquí en lo político.
Visto con la distancia y perspectiva del tiempo, lo que ya va siendo tradicional es el entreguismo y la traición del des-Gobierno de Zapatero en todos los frentes de su política:
Ya en diciembre de 2001, en la segunda legislatura de Aznar, poco después de la retirada del embajador marroquí en octubre de 2001, y poco antes de la toma de la Isla de Perejil en julio de 2002, en plena escalada de la tensión diplomática con Marruecos, el hoy presidente de España y entonces líder de la oposición, sin encomendarse a nadie, ni consultar al Gobierno de aquel momento para nada, tuvo a bien trasladarse a Rabat para que Mohamed VI, con un mapa de Marruecos incluyendo las Islas Canarias, Ceuta y Melilla, y a la vista de los hechos que después hemos podido ir constatando, aceptara el indigno encargo de futuro embajador de Marruecos, incluidas “montañas lejanas y desiertos remotos”, en la Moncloa.
Posteriormente, recién ocurridos los actos terroristas del 11-M de 2004 en Madrid, atentados que volcaron la opinión pública a la elección de Rodríguez Zapatero en las Elecciones Generales cuatro días después, no se puede pasar por alto la reconocida traición del presidente electo a sus aliados en Iraq, con la retirada de las tropas españolas en abril de ese mismo año. Una retirada de fuerzas militares de un país en la frontera política del islamismo que, vista a la distancia de hoy día, más bien parece una entrega, al modo del rescate del "Alakrana", frente a un islamismo al que se achacaba como culpable del 11-M.
Sin una clara autoría sobre el 11-M, que así nos conste, ese mismo año del atentado tuvieron lugar los contactos y negociaciones secretas del des-Gobierno de ZP con ETA, negociaciones que el equívoco presidente implícitamente confirmó al prometer no volver a negociar con los terroristas tras el atentado de la T4 de Barajas en diciembre de 2004. Promesa que fue incumplida - ¿cómo podía ser de otra manera? -desde el primer día que la llevó a cabo. Contactos que flagrantemente trasgredieron el «Pacto de las Libertades y contra el Terrorismo» (el conocido como “Pacto Antiterrorista”) propuesto por el P$OE, y firmado con el PP, en diciembre del año 2000 y que formalmente sigue vigente.
Y si no es para encamarse cual “faisán” con el terrorismo local, o entregarse al internacional, es para arrodillarse ante el nacionalismo, traicionando a su propio partido socialista en el País Vasco, o para engañar a todo el mundo, patrocinando desde la misma Presidencia del des-Gobierno la defensa de la inconstitucionalidad del Estatuto de Cataluña ¿o no es así?
Esos comportamientos entreguistas, en mi pueblo, siempre se han calificado, en los casos leves, de deslealtades y, en los graves, de traiciones. Tradicionalmente, al que así se conduce, por analogía, siempre se le ha tratado de desleal o de traidor.- Quizá José María Aznar no estuvo tan desacertado cuando se refirió a las “montañas lejanas y los desiertos remotos”. Quizá hubiera que matizarle que esas montañas y desiertos no estuvieran tan lejanos ni tan remotos como el propio Aznar, y muchos españoles, pudimos creer.
Todo ello, por no hablar de las traiciones a los propios compañeros socialistas…. Toda una historia de entreguismos, deslealtades y traiciones. Todo un modo de ser y de obrar. - ¿Para qué seguir con esta aristócracia de la mentira, del engaño y de la traición? ¿Es este el personaje, y el des-Gobierno, que merece España?
Efectivamente, no hace falta ser un “facha”, no se trata de diferentes posturas políticas, solo hace falta estar libre de prejuicios, y tener un mínimo de decoro personal y objetividad desapasionada, para percatarse de que el que debía haber sido un adversario hasta ser elegido Presidente, haya sido capaz de comportarse, ya desde su cargo electo, con la cobardía de un enemigo que se plantea el ¿Por qué hacer el esfuerzo de gobernar lealmente pudiendo ser un traidor? .... quizá sea porque la traición misma se nos haya colado en la Moncloa.
2 comentarios:
Eso se llama ser una mala persona, un amoral. Sus hechos lo describen.
Nuestro comentarista solo describe la punta del iceberg que ampara y cobija todo un cúmulo de mentiras y medias verdades que jalonan la política del actual presidente en sus seis años y medio de mandato. Lo malo no es solo el que ya ha hecho y que lo estamos pagando bien, bien; lo malo es lo que todavía pueda hacer en el año y medio que le queda de desgobierno en un afán de hacer bueno el dicho de que cuanto peor, mejor.
Lamentablemente nos va a tocar ver y sufrir como se las gasta éste personaje.
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