viernes, 18 de septiembre de 2009

El Sr. Peces-Barba, Don Gregorio.

Hace unos días el periódico Público, que ya sabemos de qué va, hizo una entrevista al Sr. Peces-Barba, Don Gregorio, ex-rector de la Universidad Carlos III. Entrevista en la que la independencia e integridad intelectual del Sr. Peces-Barba, Don Gregorio, más que en entredicho, quedó en evidencia. – Sin embargo, el interés de esta entrevista estriba en que muestra algunos aspectos que nos permiten conocer el sustrato del “gato por liebre” que nos ofrecen algunos personajes del mundo de lo políticamente correcto. Veamos:

El Sr. Peces-Barba, Don Gregorio, que pasa por prestigioso jurista, con total anacronismo, sin la menor conciencia de que estamos a principios del siglo XXI, presenta, con la vigencia de lo actual, los objetivos de progreso, libertad, e igualdad que asume como los tres pilares de la reforma política del siglo XIX.

En su fatua grandilocuencia, ¿Qué entiende por progreso una persona que en su relativismo declarado no puede aceptar creencias firmes? ¿Progreso hacia dónde? ¿Hacia sus posturas personales? ¿Hacia los tópicos de moda en cada momento?

En su total falta de coherencia y rigor intelectual, ¿Qué entiende por libertad un partidario de una trasnochada ideología socialista que practica y predica el intervencionismo y la ingeniería social?

En su demagogia populista ¿Qué pretende igualar el Sr. Peces-Barba, Don Gregorio? ¿Cuál de los logros socialistas conseguidos hasta ahora pretende igualar? ….. ¿La pobreza, la incultura, la pérdida de valores actual, el paro rampante, etc....?

Continúa la entrevista el Sr. Peces-Barba, Don Gregorio, afirmando que: “La Iglesia fue partidaria de los vencedores en la Guerra Civil y tomó partido. Tiene muy débiles concepciones democráticas y estaba muy bien con el franquismo. Ellos no creen en la democracia, no creen en la libertad. Creen que la verdad es única y es la que ellos defienden. Y son partidarios del monopolio de la verdad religiosa. La Iglesia española, y quizá la italiana, son restos del Jurásico y no tienen remedio.”

Sin entrar en disquisiciones sobre cual hubiera sido una postura acorde con la situación de aquél entonces , ¿Qué reacción hubiera esperado el Sr. Peces-Barba, Don Gregorio, por parte de la Iglesia, frente a los que quemaban conventos y asesinaban curas y monjas?

Y refiriéndose al talante democrático de la Iglesia, ¿Ignora el Sr. Peces-Barba, Don Gregorio, que la democracia representativa y constitucional no es sino un sistema político de estos tiempos, el menos malo de los sistemas políticos hasta ahora, en el que la Iglesia ni entra ni sale? - La Iglesia Católica busca la Justicia, dentro de su sistema de valores cristianos y con sus imperfecciones y errores humanos. - Si un sistema que se considera democrático defiende la Justicia, la Iglesia lo apoya, si no la defiende no lo apoya. Así de sencillo. - La Iglesia no pretende ser democrática en su fuero interno, es una organización colegiada bajo la autoridad del Papa, y con mucha autonomía de los obispos. – Tampoco las empresas comerciales pretenden ser democráticas en su organización. Entre otras cosas, porque no funcionarían. - La democracia es un sistema de exclusiva aplicación a la política, pero parece que hoy se quiere extender hasta para decidir la distancia entre Madrid y Granada.

Posteriormente, en la entrevista, el Sr. Peces-Barba, Don Gregorio, quizá olvidándose de sus aspiraciones de libertad al estilo siglo XIX, reclama, literalmente, y sin pudor ni respeto por la libertad de creencias y expresión, que: “El Estado no ha tenido la suficiente firmeza para poner a la Iglesia en su sitio.”

El Sr. Peces-Barba, Don Gregorio, con sus antecedentes de afiliación política al P$OE, hace tiempo que dejó de ser, si alguna vez lo fue, un intelectual independiente. Es más, parece que siempre ha sido un intelectual dependiente. Mejor diríamos que nunca fue un verdadero intelectual sino que, por su dependencia, y sus formas, siempre fue un relativista oportunista.

Con el Sr. Peces-Barba, Don Gregorio, hay poco que discutir. Es un relativista, y con el relativismo nunca se llega a ningún lado porque como no creen en la verdad, solo en las posturas de cada uno, en lo que llaman “su verdad”, pueden pasarse la vida cambiando de posición según se sientan más o menos cómodos. Como saben que no van a encontrar la Verdad, con mayúscula, les da pereza y no la buscan, cada uno se queda con la suya y todos felices. – Discutir con los relativistas para acercarse a la Verdad es como jugar con uno de esos juegos que circulan en Internet que te piden “pinchar” un animalito, y cuando vas a “pincharlo” siempre se te escapa. No tienen creencias firmes, solo tienen intereses mientras les importan, después cambian.

Este es el Sr. Peces-Barba, Don Gregorio, uno de los llamados Padres de nuestra Constitución. – Pues, al final, parece que va a ser verdad que uno de los problemas de nuestra sociedad es que los padres han perdido toda autoridad. Para muestra, un botón.

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