lunes, 9 de noviembre de 2009

Los Nuevos Muros De Berlín

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Hemos pasado el fin de semana con programas de televisión en donde nos mostraban vídeos sobre la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, sobre las penosas condiciones de vida en la antigua y paradójicamente autodenominada República Democrática Alemana (la RDA) que de democrática no tenía nada. Hemos visto cómo los alemanes del Este se apresuraron a pasarse a la Alemania Occidental, la actual República Federal de Alemania. Era el comienzo del fin de la Guerra Fría. O eso creíamos, ¿Cómo se llama la de ahora? - Unos meses después, colapsaba el bloque de la Europa Oriental subyugado bajo el totalitarismo de la Unión Soviética.


Se celebra hoy el XX aniversario de la caída del Muro de Berlin. Los alemanes, y todos los amantes de la libertad, celebramos en su día, y celebramos ahora, la superación de aquella injusta y terrible situación de la Europa dividida. De las familias separadas durante largos años, de gentes acribilladas a balazos por intentar atravesar el Muro de Berlín para reunirse con los suyos o, simplemente, para poder soñar con tener un futuro normal de familia y trabajo en un régimen de libertades. Todos ellos pagaron precios muy altos por estas libertades. Hoy, muchas gentes en nuestra sociedad piensan que esas libertades se disfrutan gratis. Que las garantiza el Estado, y por eso le llaman el "Estado de Bienestar". O que esas libertades las otorga la Madre Naturaleza a todo el que nace. En el mejor de los casos, que son historias superadas del pasado que, naturalmente, ya no pueden volver a ocurrir.

Pocos se dan cuenta de que los totalitarismos son históricamente recurrentes. Que la humanidad, por su propia naturaleza, tiene tendencia a creer que esas experiencias dolorosas son historias de otros. Que la Historia solo tiene progreso y no regreso. No es así.

Teorizar sobre la verdad y la vida nos suena a deleite angelical, a soñar despiertos, a filosofía alejada de la realidad diaria. Pues bien, utilicemos el lenguaje de lo que nos resulta más cercano a nuestra realidad histórica para decir que los síntomas por los que se pueden prevenir y avistar a distancia los intentos de tiranía y totalitarismo, siempre recurrentes, son los indicios de mentiras y los augurios y señales de muertes. A fin de cuentas, son los opuestos de la verdad y de la vida. – Es la carencia de estas últimas, o la presencia de la mentira y la muerte, la que nos lleva, sin remedio, a la falta de libertades y a la falta de justicia en las que consiste la tiranía y el totalitarismo.

La verdad es que los totalitarismos siempre intentan volver aunque lo suelen hacer bajo formas nuevas, difíciles de descubrir por los incautos. Por otro lado, las personas también tenemos inclinación a pensar que los síntomas que anticipan a los totalitarismos han de tener mal aspecto. Nada más errado. Pocas veces el mal se anuncia con aspecto desagradable que convoque al rechazo. Sería estúpido por su parte. Todo el mundo, menos los corruptos e ingenuos, lo objetarían.

Las nuevas formas de totalitarismo son presentadas por sus autores, muchos de ellos con la misma ideologia del socialismo real del antiguo Berlín Oriental, bajo nuevos aspectos “buenistas” con el atractivo de sus presuntos beneficios sociales, avances democráticos, nuevos derechos, sentimientos nacionales, etc., por el que sus postulantes se presentan como adalides del siempre hipnotizante y narcotizante "cambio" a no se sabe qué. - Son los líderes populistas que prometen futuro en forma de “humo” y progreso social.

Y ¿cómo podemos distinguir con rigor cuales son los síntomas de esos totalitarismos recurrentes, en ciernes, de los verdaderos retos y avances sociales que pueden ser proclamados y alcanzables por los verdaderos líderes? – Realmente, no es complicado identificarlos si se disfruta de una mínima objetividad.

Es posible llevar a cabo un sencillo “test” que difícilmente resisten las intenciones y estrategias totalitaristas que buscan el poder por el poder. Para ello, basta explorar en sus contenidos cualquier atisbo de:

A) Mentiras y destrucción de la vida. Cuando las políticas, propuestas, leyes, estrategias, etc., conlleven elementos mentirosos, o comprometan la protección de la vida, nos encontramos, con certeza, ante un proyecto inexorablemente totalitario.

B) Injusticias y recorte de libertades. Cuando las políticas, propuestas, leyes, estrategias, etc., conlleven elementos injustos, o un recorte de las libertades individuales, nos encontramos, con certeza, ante un proyecto inexorablemente totalitario.

Es por ello, por lo que debemos descubrir, con nuestra sensibilidad personal, por debajo de sugerentes e ilusionantes proyectos, aquellos que esconden el germen de una intención totalitaria para alcanzar el poder por el poder. Somos nosotros los que debemos denunciar, públicamente, tales contenidos de mentira y muerte, de injusticias y recortes de libertad para los que debemos tener, con ellos sí, una “tolerancia cero”.

El totalitarismo recurrente volverá, está siempre ahí, en forma de leyes de “memoria histórica” que excluyen la mitad de la Historia y dividen a la nación; en forma de “derecho a abortar”, derecho de muerte, que se presenta como un derecho de la mujer; en forma de “Educación para la Ciudadanía”, que se presenta como educación pública y democrática; en forma de “retirar los crucifijos de las aulas”, que se presenta como un intento de tolerancia religiosa. Todos estos proyectos, siguen siendo nuevos Muros de Berlín que dividen y aislan a la sociedad, nuevos intentos totalitarios, levantados y construidos sobre cimientos de mentiras, muertes, injusticias y recortes de libertades.

No podemos dejar que levanten nuevos muros, no podemos dejar de derribarlos, si no queremos volver a ser esclavos del bienestar que nos prometen en un nuevo Berlín Oriental.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Hoy todos los izquierdistas nos dicen que sabían que iba a caer el muro, poco menos que se ponen medallas por incluso haberlo hecho caer.
Todos sabía la barbarie destrás del telón de acero. ¿Si lo sabían, por qué no cambiaron de idea,en vez de querer implantar en nuestra Patria ese sistema?
Un recuerdo a todos los que en los años setenta en Occidente lucharon para España no formara parte del totalitarismo comunista.Para los que siempre defendieron, pese al desprecio general, la espiritualidad, la unidad y la justicia social.
Oportunistas, los que ahora llevan el micrófono o la pancarta con algun principio , como la unidad de España, pero rechazando los demás.
Gracias por su labor Juan Pablo II.
Vosotros poneros las medallitas ahora.