jueves, 30 de diciembre de 2010

¡A dalt les mans, soc Artur………., “El Atabalat”!

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Del “tripartito” al despotismo mercantil-nacionalista de “Conveniencia i Unió”, el “monopartit” del separatista Artur Mas, “El Atabalat”, el sucesor de Don Jordi, “El Padrino”.– El nacionalismo excluyente es un disparate histórico, una regresión en el proceso de construcción comunitaria de cualquier civilización. En el caso de España, el nacionalismo excluyente, el separatismo, representa una vuelta atrás en un proyecto histórico de unidad nacional que ha costado muchos esfuerzos, siglos de convivencia y vidas humanas. Se empieza reivindicando la supuesta nación catalana o vasca, y se acaba, que en eso están, con ensoñaciones sobre la estupidez del hecho diferencial catalán, o la idolatría al Rh de los vascos, si no a la sardina de Santurce o a la “butifarra”. - Una cosa es el saludable y natural apego y cariño por la propia tierra, y otra la reivindicación que puede producir el “delirium tremens” de proclamarse diferente, el síndrome de abstinencia pasional y febril que resulta de ensoñaciones sobre los orígenes de una identidad vasca enraizada en los restos paleontológicos de las Cuevas de Oñati, o sobre una Cataluña que no siendo más milenaria que Castilla, Navarra, Asturias o Aragón, hubiera sido algo más onírico que un digno condado feudo del Imperio Carolingio. Pobre Cataluña, magnífica Cataluña, en qué la han convertido…… Si Wifredo el Velloso, levantara la cabeza y comprobara a qué está llegando la “plenitud nacional catalana”, sus esencias de identidad, sublimadas en el “caganer” de Artur Mas “El Atabalat”!!!

Cuando el aunar aspiraciones de vida en común lleva siglos de trabajo e inteligencia política, aparece una panda de iluminados ensoñadores que descubren, al mirarse en el espejo de su “melic”, que son diferentes ¿Y quién no es diferente? - Que habiendo vivido siempre en la vivienda de sus padres, vecinos nuestros de toda la vida, heredan el apartamento, lo declaran independiente y te dicen que no pertenecen a la propia comunidad de vecinos. Que arrinconan y reniegan de sus padres, Josep Plá entre otros, y se apropian de los padres de sus vecinos -Luis Vives, Joanot Martorell y muchos otros-, que reclaman que no son un apartamento, ni tampoco una vivienda que pertenece al inmueble, que no tienen por qué pagar gastos comunitarios, que eso corresponde al resto de vecinos pero que, “a més a més, tenen dret a utilitzar l'ascensor i els serveis del porter”. – Los iluminados aducen que su apartamento no es un apartamento, que es un “loft milenario”, y que la comunidad en la que han vivido siempre es una “construcción artificial”. Unos “iluminatti” que eligen de jefe a un hortera de bolera que se deja fotografiar en lo que debía de ser la intimidad de su ducha, que pide paciencia para alcanzar su “plenitud vecinal”.

Qué deslealtad histórica, qué disparate, que regresión; qué deslealtad a la nación española, a su propia nación, la de sus padres y abuelos, catalanes y españoles; qué deslealtad para con sus padres y abuelos, catalanes y españoles, que dieron la vida para construir un proyecto de nación española, un proyecto que ha venido sumando en vez de detrayendo; un proyecto que engrandeció el idioma castellano para que allende de las fronteras lo llamaran español. Porque español es porque es también catalán, y no solo castellano. Qué deslealtad para con sus otros paisanos que viven en Cataluña la riqueza de sentirse, sin contradicciones, catalanes y españoles; sufriendo la exclusión, pero sin sufrir el reduccionismo espiritual, el encogimiento intelectual, el apocamiento parroquiano de los que miran al campanario de su pueblo como al centro de la Creación sin haber salido de su sombra. Qué liviandad de miras la de estos separatistas que son los nacionalistas excluyentes.

Qué deslealtad, qué alevosía, qué felonía, qué falta de dignidad personal. Prometieron lealtad a la Constitución Española solo para mamar de sus ubres “las pelas”, el “tres per cent”, o “el trenta per cent”….. En això consisteix el projecte nacionalista català: Tot per a mi, i encara em falta.

Artur, “El Atabalat”, pide paciencia a sus correligionarios con objeto de alcanzar la “plenitud nacional catalana”, Tot per a mi, i encara em falta, de la que se siente constructor. ¿Constructor, de qué? ¿De levantar cercas? - No en vano dice sentirse “atabalat” que, más que desbordado, es sinónimo de “esbojarrat” que significa aturdido o atolondrado. - Qué dislate mental, e histórico, el de estos nacionalistas de campanario parroquial. Si el Islam se enrocó históricamente en la Edad Media, la aspiración nacionalista tiene el delirio de volver a ella.

Desde una concepción democrática, si los nacionalistas catalanes, aparte de ser pelmazos, fastidiosos y cargantes en el día a día, fueran también mayoría y quisieran ser independientes, habría que darles una oportunidad. Dejar que vivieran en “plenitud nacionalista” solo a los nacionalistas que así lo quisieran, sin sojuzgar a los no-nacionalistas, haciéndolo de forma muy democrática. - Si nuestra clase política tuviera más carácter y dignidad, si hicieran historia en vez de correr detrás de ella, podrían tener la imaginación de crear un protocolo de ciudadanía para que los nacionalistas disfrutaran de total independencia sobre la base de retirarles la ciudadanía española, con todas las consecuencias, a aquellos que así lo desearan, y manteniéndosela al resto. Quizá fuera este un paso que ayudara a los nacionalistas a acercarse a una deseada “plenitud nacional” que mejorara su “plenitud mental”.

El nacionalismo es un síndrome de abstinencia que resulta igual de insano, mentalmente bloqueante, y socialmente disolvente que el zapaterismo. Si el socialismo surgió de la “lucha de clases”, y el zapaterismo lo sustituyó por una mezcla de “lucha de generos”, mendacidad y estulticia, el nacionalismo añade a esa deconstrucción mental la “lucha de identidades”. El socialismo y su remedo, el zapaterismo, al igual que el nacionalismo separatista, son lucha y enfrentamiento.

Artur, “El Atabalat”, se proclama “Constructor” ¿Comienza su subconsciente a añorar la vocación al “tres per cent”? - “Constructor, más que liberador de su país” ¿de qué país?........ Si el zapaterismo se articula sobre el enfrentamiento social, el nacionalismo lo hace sobre la exclusión social. Otra forma de veneno.

¡A dalt les mans, soc Artur………., el de “Conveniencia i Unió” els del “tres per cent”, el soci intel.lectual de Zapatero, els constructors de estacades i trinxeres, per destruir la nació espanyola !!! ... “Els Atabalats”! .., els constructors que destrueixen!!! - Qué pareja, qué pacto de deslealtad, qué alevosía, qué felonía, qué falta de dignidad personal.

!Que us aprofiti, que no agafeu junts un empatx de “peles”!




1 comentario:

hombredeapie dijo...

En lugar de luchar por un mundo más igualitario y una globalización más justa, los independentistas quieren una parcela de poder en la que puedan obtener beneficios económicos para ellos y sus familias. Si miramos a nuestro alrededor, Andorra y Gibraltar no son ejemplos de honradez para el mundo. Algunos catalanes y algunos vascos, aspiran a eso.
http://www.hombredeapie.com