viernes, 11 de septiembre de 2009

SOSTENIBLE

Los políticos vienen poniendo la etiqueta de “sostenible” a todo lo que nos presentan. Ahora, todo proyecto político tiene que ser “sostenible”. Si tiene contenido, o no lo tiene, eso es lo de menos. Lo importante al hablar de un proyecto es que sea “sostenible”.

Sostenible, que yo sepa, no quiere decir otra cosa que se puede mantener y es perdurable en el tiempo, o que se puede mantener por la solidez de sus argumentos. Y un proyecto que no fuera perdurable o razonable, ni es proyecto ni es nada que se le parezca. – Frecuentemente, cada vez más, cuando oigo hablar a los políticos, me viene a la cabeza el tan conocido refrán de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Hoy día, casi nada es perdurable en el tiempo, ni razonable por su sensatez. Por eso, los políticos se empeñan en martillearnos los sesos con que sus proyectos son sostenibles. De esta forma, los políticos pretenden que no les cuestionemos lo perdurable y lo razonable de lo que nos presentan.

Sobre todo, se habla mucho de economía sostenible. Desde mi modesto entender, la economía en sí misma, como realidad, está ahí en la vida, con efectos buenos o malos, perdurando a lo largo del tiempo. Sin embargo, lo perdurable y lo razonable de una iniciativa económica en particular, que es a lo que deberían referirse los políticos si hablaran bien, se echan de menos en casi todas las ocurrencias con las que tienen a bien castigarnos.

Ahora nos quieren flagelar con una subida de impuestos. ¿No querían que consumiéramos? ¿No querían animar la iniciativa económica?..... No lo entiendo. Posiblemente no se pueda entender. - Parece que es necesario para pagar todas las mamarrachadas que se vienen haciendo con bombillas, medidas sociales electoralistas y cortoplacistas, francachelas de subvenciones sub-culturales, ayudas a las compras de automóviles que acaban pagando las Autonomías, o que bien, al final, no llegan al comprador; y, sobre todo, las necesita el Gobierno para compensar los pagos que se han hecho a los bancos para resolver su situación financiera interna. Es decir, para todo tipo de extravagancias excepto para unas más que necesarias reformas estructurales que deberían ser, esta vez sí, “sostenibles”. Ya va a llegar la hora de pagar la cuenta de la cena a la que nos habían invitado. Se anunciaban aquellas iniciativas para resolver de manera sostenible la economía, y han resultado efímeras y poco razonables. “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”.

Pues bien, cambio de tercio, aunque sigamos con aquello de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Ahora, la subida de impuestos ya no nos la venden como sostenible, esta vez, parece ser que es “temporal y limitada”, aunque más que limitada sería adecuado calificarla como irracional si se quiere fomentar el consumo, la actividad comercial o la industrial. – Echémonos a temblar, lo temible, lo probable, es que, en esta ocasión, la subida de impuestos sea verdaderamente sostenible y perdurable, aunque no razonable.

2 comentarios:

Javier dijo...

El título de la entrada es "SOSTENIBLE".

Pongo como título de mi comentario "INSOSTENIBLE":

Un estado de las autonomías donde el Estado recauda impuestos y las CACA'S (deformación intencionada de CCAA) despilfarran. El Ministerio de Hacienda hace de poli malo y las CACA'S de poli bueno.

Aunque llegara un gobierno que decidiera poner freno al despilfarro, se encontraría con que las CACA'S seguirían malgastando nuestros impuestos. Si el Estado dice que no hay café para todos, las CACA'S emiten deuda y luego exigen al Gobierno de la Nación lo que yo y otros muchos denominamos "deuda histérica". Por ello praeteram censeo CACA'S esse delendam.

Álvaro dijo...

fromspanya - Muy sensata y muy certera la reflexión de esta entrada. El posible significado positivo de palabras cómo "sostenible" queda totalmente eclipsado cuando los políticos profesionales las hacen suyas redefiniendo su significado y repitiéndolas como auténticos mantras. Ahora todo planteamiento para ser bueno debe ser "sostenible" (economía sostenible) y toda virtud debe ser "democrática" (firmeza democrática). Para ellos la importancia pasa de lo "sustantivo" a lo "adjetivo". Y así nos va.

Javier - Muy interesante la analogía del poli malo y del poli bueno. Te la copio.