miércoles, 16 de diciembre de 2009

Los Cuatro “Valores Frontera”

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No conozco valores superiores a la verdad y a la vida, en ellos consiste el bien. Les siguen, en la eficacia de su aplicación, la Justicia y la Libertad. - Así reza el subtítulo de este blog.

Tener conciencia de que la verdad y la vida, como valores primigenios, se encuentran en la cima de la jerarquía, por encima de todo otro valor, sirve como herramienta de análisis rápido, siempre a mano y sin necesidad de profundas consideraciones, para desmontar mantras ideológicos y descubrir trampas lingüísticas, falacias, demagogias y estafas intelectuales, engaños sociales y políticos que hoy día se nos imponen como verdaderos axiomas a cada paso que damos.

Tener conciencia de que los valores de la verdad y la vida son la esencia del bien, y que su inmediata aplicación a los asuntos de nuestro quehacer cotidiano conlleva, necesariamente, condiciones de Justicia y Libertad, nos permite establecer los cuatro puntos cardinales de nuestra brújula de viaje por la vida. Estos cuatro valores son los “valores frontera”, los cuatro criterios con los que es necesario confrontar toda circunstancia. Tanto más, cuanto más compleja. – Si de entrada, alguno de estos cuatro ingredientes aparece comprometido de alguna forma en un proyecto o en algún postulado, o si se muestran difusos y sombríos en alguna situación, programa o acontecimiento que debamos valorar, sea del tipo que sea, ya podemos empezar a sospechar de su legitimidad sin mucho riesgo de errar.

Es por todo ello, por lo que no podemos considerar legítimas ni aceptables las propuestas que vienen de aquellos que comprometen el valor de la verdad con la utilización de la mentira, con la perversión del lenguaje y con la corrupción del sentido de las palabras, de aquellos que presentan una realidad que no es tal realidad, y que solo son un engaño interesado y oportunista. - No, no son propuestas de recibo. Seguro que no proceden de gentes de fiar.

Es por todo ello, por lo que no podemos considerar legítimas ni aceptables las propuestas que vienen de aquellos que comprometen el valor de la vida con la muerte más o menos disfrazada de derecho a la salud reproductiva de la mujer, como ocurre con el genocidio del aborto, o de derecho a una muerte digna, como ocurre con la eutanasia. - No, no son propuestas de recibo. Seguro que no proceden de gentes de fiar.

Es por todo ello, por lo que no podemos considerar legítimas ni aceptables las propuestas que vienen de aquellos que comprometen el valor de la Justicia confundiendo Justicia con igualdad. Aquellos que nos quieren vender una injusticia disfrazada de derecho a la igualdad. Son las propuestas de aquellos que ignoran la legítima igualdad de derechos y oportunidades de los ciudadanos pero, sin embargo, proponen una igualdad, disfrazada de derecho, para todo aquello que significa menoscabo del mérito, de la iniciativa y de la creatividad individual. - Son las propuestas de aquellos que comprometen la Justicia manipulándola con fraude de ley. Son las propuestas de aquellos que se sitúan lejos de la Justicia independiente que exige toda democracia. - No, no son propuestas de recibo. Seguro que no proceden de gentes de fiar.

Es por todo ello, por lo que no podemos considerar legítimas ni fiables las propuestas que vienen de aquellos que comprometen el valor de la Libertad con un intervencionismo dirigista plagado de favoritismos e intereses, lleno de restricciones y prohibiciones camufladas de regulaciones, normas, ordenamientos, cánones, impuestos, arbitrios, normas, derechos, reglamentos, ordenanzas, estatutos, como ocurre con todos los dirigismos con los que quieren ponerse al volante de nuestras vidas. - No, no son propuestas de recibo. Seguro que no proceden de gentes de fiar.

Es fácil reconocer a los que mienten constantemente. Es fácil reconocer a los que proclaman la “Cultura de la Muerte”. Es fácil reconocer a los que venden igualitarismo en vez de Justicia. Es fácil reconocer a los que restringen libertades. – Seguro que no son gentes de fiar, que no son gente de bien.

En estos cuatro “Valores Frontera" compuestos por la verdad y la vida, la Justicia y la Libertad, no podemos ni debemos transigir. Todos ellos están comprometidos entre sí y tienen una unidad de coherencia y consistencia. Ceder en uno de ellos es ceder en todos, es consentir y condescender con la perversidad y la maldad. El Test de los Cuatro “Valores Frontera” consiste en asegurarnos de que todos y cada uno de estos valores nunca están ausentes, ni quedan comprometidos en cualquiera que sea la situación o propuesta. Este “test” nos permitirá establecer un criterio de opinión responsable para todas aquellas decisiones que requieran agilidad en la toma de una postura moral.

En próximas reflexiones, tendremos oportunidad de dedicar algunas consideraciones a cada uno de estos valores.

Es claro que condescender con la verdad es transigir con la mentira, condescender con la vida es transigir con la muerte, condescender con la Justicia es transigir con la injusticia, y condescender con la Libertad es transigir con la tiranía. - No obstante, los perversos y relativistas morales reclaman que esta forma de ver las cosas, no condescender en estos valores, refleja intolerancia y dogmatismo. Claro, ¿Qué otra cosa van a decir desde la perversidad y el relativismo moral?

Epílogo para creyentes: “No conozco valores superiores a la Verdad y a la Vida, en ellos consiste el Bien”……… es lo que, cuando ejercemos estos valores con el prójimo, los cristianos llamamos Amor, algo bastante más sublime que la solidaridad.


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2 comentarios:

María dijo...

Gran reflexión. Me permito copiarle el texto para enseñarlo a más gente. Un saludo.

Juan L. Cuñat dijo...

María, gracias por tu comentario. Puedes copiar el texto con toda libertad.