miércoles, 30 de septiembre de 2009

"Capitalismo Salvaje" vs. "Sociedad del Bienestar"


Si lo que los americanos llaman "unbridled capitalism", o capitalismo desbocado, y nosotros llamamos “capitalismo salvaje” genera situaciones de injusticia social en las condiciones de una economía de libre mercado, y nos lleva a una sociedad con grandes desigualdades sociales, tampoco la formula opuesta, la estereotipada propuesta socialista de la “sociedad del bienestar” representa ninguna solución, ya que nos conduce a la inalcanzable igualdad social sobre la base de un empobrecimiento generalizado de la sociedad,. Es sobre esta cuestión sobre la que parecería que gravitan los serios debates y planteamientos de política económica de nuestro tiempo. No creo que sea así.

No, no creo que nuestra sociedad tenga planteado un debate de filosofía política. Este debate creo que está superado. La realidad que tenemos planteada es más elemental, tiene mucha menos altura intelectual, es mucho más prosaica. El panorama al que parecen enfrentarse nuestras sociedades occidentales es el de unos responsables políticos que no parecen estar a la altura moral que los problemas socio-económicos del desarrollo, y la pobreza del Tercer Mundo, exigen. - El sistema capitalista, gobernado por los que lo manejan, da lugar a sus propios abusos; al igual que el sistema socialista provoca los suyos. En el socialismo real, lo vimos hace unos años, en el capitalismo, lo acabamos de ver recientemente y todavía sufrimos las consecuencias. En este último sistema económico la patología se llama “acaparar riqueza ajena” por medio de, en este caso concreto, un procedimiento que consiste en la utilización de procedimientos ilícitos de valoración contable, bautizado con el sugestivo nombre de “contabilidad creativa”. Por su parte, en el socialismo también hemos visto, y lo seguimos sufriendo, la patología es la misma de “acaparar riqueza ajena”, utilizando también procedimientos ilícitos para el logro de cuotas de poder político, y manipulando a la sociedad con la demagogia y el populismo que reclama la idealizada “sociedad del bienestar”. - A fin de cuentas, los resultados de las dos patologías son los mismos, pues de lo que se trata al final es de “acaparar la riqueza ajena”.

Llegados a este punto, es lógico preguntarse: Entonces, ¿cuál es la diferencia entre el “capitalismo salvaje” y la romántica “sociedad del bienestar”?. Si como hemos visto, se trata de una única enfermedad que desarrolla un mismo comportamiento humano que conduce, bien a grandes desigualdades de riqueza social, o bien a una gran igualdad de pobreza generalizada ¿Es necesario optar por alguno de los dos sistemas económicos? ¿Cual debemos preferir? y, entonces, ¿Cuál es la solución? ¿Es necesario elegir entre un mal u otro mal? ¿Qué somos, de derechas o de izquierdas?

Me parece que la cuestión así planteada es una falacia, es una trampa que se nos presenta para que demos juego a una situación de corrupción del sistema político, no solo de corrupción económica, muy extendida. Un mínimo esfuerzo de sentido común y objetividad, de observación y reflexión, sobre las actuales condiciones socio-políticas en los países del entorno de nuestra cultura occidental, lo que parecen demandar, lo que las sociedades exigen hoy día no es llevar a cabo un debate sobre “Capitalismo vs. Socialismo”, debate ya superado con creces, sino desarrollar las capacidades de iniciativa, esfuerzo, y sana competencia que ofrece el sistema de libre mercado, aunque ejercido con principios de exigencia moral, de integridad, y de una sólida justicia social que pueda llevar a un verdadero bienestar social, en vez de sufrir el falaz reclamo de una “sociedad del bienestar” articulada sin esfuerzo (que solo disfrutan algunos) y que propicia la anestesia e indolencia del subsidio social, que no tiene en cuenta que gastar más de la riqueza generada, y endeudarse sin visos de poder pagar la deuda, es un suicido a no muy largo plazo que solo conduce a la servidumbre de una mayoría social al servicio de una minoría que monopoliza el bienestar del poder. ¿Será este suicidio social el motivo por el que algunas minorías en el poder están a favor de implantar la eutanasia en nuestra sociedad?

Claro, que si la lógica “progre” de parte de la sociedad considera como derechos la eutanasia, el suicidio, y el aborto, en vez de asumirlos como patologías y fracasos sociales; si hemos llegado a estas creencias y cotas de “progreso”, ya se puede estar dispuesto a casi todo. Especialmente, si estamos dispuestos a convertirnos en esclavos, si nos gusta que piensen y decidan por nosotros, si nos gusta dejarnos engañar.

El riesgo de nuestra sociedad no es que no crea en nada, no es que no tenga creencias, el problema de nuestra sociedad es que unos pocos de turno, unos oportunistas, nos hagan “creer en cualquier cosa”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy correcto su análisis. El ser humano deberá seguir avanzando, dando propuestas en los que se conjuguen la justicia social y la libertad.
Para mí, en esta crisis ha tenido mucho que ver la especulación, la alta tasación de viviendas, los créditos por importe total de la vivienda, la falta de control de las agencias de calificación crediticia.
Aparte, tenemos el altísimo déficit público generado por ayudas indiscriminadas y a todos por igual, y un sistema fiscal injusto, falto de progresividad en el ahorro.

Juan L. Cuñat dijo...

Anónimo, estando de acuerdo con Vd., me gustaría destacar que muchos de los factores que apunta son consecuencia de la actual falta de moralidad pública en nuestra sociedad.

Es esta carencia social la que provoca el bajo nivel moral de aquellos que tienen responsabilidad política, económica y social. Asimismo, es esta deficiencia de nuestros representantes políticos, económicos y sociales, la que, a su vez, deteriora el nivel de exigencia moral de nuestra sociedad.

Romper este círculo vicioso, desde su base social, conllevaría un largo proceso de cambio de hábitos en la sociedad. Solo la convicción, por parte de los responsables políticos y económicos, de que la moralidad pública es necesaria, podría obligarlos a dar ejemplo social con resultados más a corto plazo.

Esperemos que el proceso que invierta la tendencia actual se inicie, como una exigencia, tanto desde abajo como desde arriba. - Como decía el profesor Rafael Termes, "No hay que ser ético porque sea rentable pero..., al final, lo es".

Anónimo dijo...

Nuevamente de acuerdo con usted. Sin duda, es la falta de moralidad en líneas generales en nuestra sociedad, y de algunas personas dedicadas a la política únicamente para obrar en provecho propio la que ha determinado esta crisis económica.
En los ejemplos que citaba, subyacen la avaricia, la soberbia, el hedonismo y el relativismo.